Hola, soy Isabel Medina y te agradezco que hayas pinchado en esta ventana que me permite comunicarme contigo... Aunque tengo que reconocer que me parece casi mágico, como de cuento de hadas. Sin embargo, la realidad se impone y tú estás aquí intentando saber algo de lo que he hecho y yo con una sensación extraña, a medio camino entre el agradecimiento y el pudor porque alguien a quién probablemente no conozco, tiene interés por mis cosas.
Superando la impudicia que se esconde siempre detrás de una ventana, aunque sea virtual, contaré de mi vida y mis trabajos.
Empezaré diciendo que desde hace años me dedico, entre otras cosas, a eso tan difícil y fascinante que es la Literatura y que nací el día mágico del solsticio de verano de 1.943 en un valle precioso, en Hermigua, en la Gomera.
A los tres años me llevaron a Güímar, otro valle magnífico del sur de Tenerife. Allí pasé mi infancia, mi juventud, trabajé en la radio, me casé, tuve hijos... Ya se sabe, como casi todo el mundo, hasta que un día me dio por ser maestra y vine a parar a Granadilla de Abona, donde llevo ya bastantes años.
Mi encuentro con la Literatura ocurrió hace tiempo; creo que desde que supe leer, pues desde entonces comprendí que había otro mundo que nada tenía que ver con el mío -realmente triste, a decir verdad, en una época indecente- y que ese mundo, que era realmente mágico, estaba en los libros.
Casi al mismo tiempo fueron apareciendo los libros, y los devoré -lo juro- como si fuesen bocadillos. Menos mal que el momento no daba para indigestiones porque en mi cabecita rondaban, no sólo las novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía que leía mi padre, sino que La Divina Comedia de Dante, Crimen y Castigo de Dostoievski, Romeo y Julieta, El Mercader de Venecia y otros del genial Shakespeare... Y muchos más que fueron auténticamente fagocitados con la voracidad de los pocos años.
Probablemente jamás volveré a leer con tanta pasión.
Luego descubrí que había algo más importante que leer: era escribir porque cuando se escribe el mundo se crea y se destruye con un poder solamente otorgado a los dioses.
Y empecé a escribir desmesuradamente -a esa edad todo es desmesurado- hasta que comprendí que después de Cervantes y de Shakespeare, yo no tenía nada que hacer en el mundo de las letras. Me quedé con el corazón desangelado y un montón de papeles rotos.
Pasaron los años y pasaron muchas cosas, algunas muy tristes de las que no quiero hablar, hasta que, de nuevo y casi por necesidad, me encontré otra vez con la Literatura.
Mi primer libro publicado, en 1982 por el Centro de la Cultura Popular Canaria, fue un poemario: Gánigo de ausencia.
Empecé escribiendo cuentos para los niños y niñas de mi clase, ya que en ese momento no había cuentos que partieran de nuestra realidad, y lo que fue un enfado pedagógico me ha llevado a publicar muchos libros que hacen que -según dicen- sea la personita que más ha escrito para esos “locos bajitos”, aquí, en estas manchitas de moscas que se ven en el Atlántico.
Mi relación con la Literatura es hoy estupenda porque en el colmo de mi atrevimiento, estoy escribiendo novelas. Ya se publicó la primera por la Editorial Algaida, del Grupo ANAYA. “La hija de abril” es su título.
No he dicho que tengo cinco hijos y tres nietos y un compañero que se llama Antonio que además de soportar mis neuras, me ayuda a apalabrar la vida.
Además de escribir libros, que puedes consultar en la sección bibliografía, también he participado en encuentros poéticos, recitales, presentaciones de libros, de cuadros, Fiestas de Arte, Pregones de Fiesta, etc. La visita a colegios de toda Canarias, encontrándome con jóvenes lectores, es uno de los trabajos que más me gratifican.
En 1989 hice una gira artística por Cuba, Venezuela y Nicaragua junto a Taller Canario de la Canción, la cantautora Marisa y el grupo de Juego de Palo de Abona.
Y como la vida me ha dado tiempo, hasta he sido ponente en el Congreso de Cultura de Canarias y en Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil. Estoy incluida en el tomo VI de "Poetas de nuestro Tiempo" de ediciones Ronda, Barcelona. Artistas canarios como Taburiente, Taller, Verode, y Marisa, mi hija, han musicalizado alguno de mis textos.
Últimamente estoy trabajando en un proyecto de Medio Ambiente del Cabildo de la isla, haciendo novelas infantiles y juveniles, letras para discos y obras de teatro, que pretenden dar a conocer a los más jóvenes los valores de la Naturaleza, la leyenda y la historia de Canarias. El corazón de la Montaña Roja, novela infantil con un disco del mismo título de la cantautora Marisa, un libro de Guiñol y otro de Teatro sobre el mismo tema es lo publicado hasta ahora.